¿No es posible que lo que pase al final es que una persona adulta se descargue todos los contenidos y los sirva desde un servidor propio desde donde los distribuya públicamente, sin etiquetas ni limitaciones?
En este punto es donde han de aplicarse el mecanismo de gobernanza, y las herramientas de autenticación de las apps de verificación de edad y las apps de acceso a contenidos/navegadores (estas últimas deben incorporar los mecanismos de protección y de consulta a la app de verificación de edad).
Cualquier solución que se presente como perfecta está faltando a la verdad, y minusvalora la imaginación humana. Los mecanismos de gobernanza han de vigilar de forma continua las nuevas vulnerabilidades y debilidades y reaccionar ante ellas.
En la Internet accesible para toda la ciudadanía a través de las herramientas y protocolos habituales (la denominada en ocasiones la “Clearnet”) podrían buscarse estos servidores que, serán fáciles de detectar porque no usarán etiquetas de edad o las tendrán mal asignadas (etiquetando todo el contenido como apto para todos los públicos, lo que podría implicar reclamaciones constantes de los usuarios de Internet a los comités o comisiones que supervisen el autoetiquetado). Estas detecciones permitirían elaborar listas de bloqueo para herramientas de control parental o para servidores DNS, penalizar a estos sitios en los resultados de las búsquedas realizadas con los motores habituales (para que no salgan o salgan con muy poca prioridad), podrían ponerse sanciones, etc. En cualquier caso, la existencia de métodos para sortear protecciones no justifica dejar de establecer medidas e intentar que sean lo más eficaces posibles.
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