¿Cada vez que una persona adulta quiera acceder a contenido etiquetado para personas adultas va a ser necesario que se escanee un código QR, se acceda a una cartera digital o se lea un documento oficial?
Las soluciones propuestas hasta ahora en el mercado, en las que las personas usuarias se tienen que autenticar ante un servicio de una entidad tercera, a través de Internet y sin garantías de tiempos de respuesta, sí pueden ser limitantes.
El decálogo no realiza propuestas a bajo nivel con detalles técnicos de diseño o implementación, por lo que se puede cumplir con soluciones que requieran que la persona usuaria se dé de alta con su identidad solo una vez o con soluciones que requieran comprobar los atributos de identidad y/o edad mucho más frecuentemente. Probablemente los proveedores de las aplicaciones de verificación de edad intenten llegar a un equilibrio entre fiabilidad de la solución y usabilidad, ya que, efectivamente, pedir pruebas constantemente entorpecería la navegación por contenidos para personas adultas.
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